Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.

sábado, 14 de enero de 2017

¿Sabías que...? De la perdiz roja







La perdiz roja (Alectoris rufa) es un ave habitual de los campos de cultivo y el monte bajo, que aunque muestra un carácter muy huidizo, no es difícil de encontrar y ver. Es inconfundible respecto a otras aves, por su pico y su borde ocular, ambos de color rojo, y las plumas de sus alas. Seguramente ya la conocías, pero ¿sabías todo lo siguiente de ellas?

* La perdiz puede emitir un montón de sonidos distintos. Pueden, entre otras voces, cuchichiar (la voz más típica, como reclamo territorial), ajear (una especie de quejido que emiten cuando se sienten acosadas), piñonear (un chasquido que emiten los machos en celo), castañetear (una serie de sonidos sueltos, también como chasquidos) o silbar.

* Se alimenta en su primera semana de vida de insectos y otros invertebrados, y grano (más de los primeros que de los últimos). Más adelante su dieta se invierte, dando más preferencia a las semillas.

* Beben de charcas, pero también aprovechan el agua del rocío.

* Por lo general, dedican las horas del mediodía a la higiene personal, atusándose las plumas y dándose baños de polvo para desparasitarse.

* Los colores del plumaje que la caracterizan cambian según la edad y el sexo.

* Vive en bandos familiares. Si la población de perdices de un lugar goza de buena salud, estarán compuestos por entre 15 y 25 ejemplares.

* La hembra realiza una puesta bastante numerosa, de entre 10 a 15 huevos, en un nido a ras del suelo que es poco más que un agujero. Tanto el macho como la hembra ayudan en la incubación. A veces una misma pareja pone huevos en dos nidos al mismo tiempo.

* Los pollos son nidífugos: al poco tiempo de nacer, ya son capaces de seguir a su madre correteando y quedándose totalmente quietos cuando ésta da alguna señal de alerta. 









Y no seguimos mareando la perdiz
(si os interesa saber por qué decimos esto, nuestro locuaz Teodoro os lo explicará aquí).
Ahora solo os queda salir al campo a buscarlas.

¡Mucha suerte!









No hay comentarios:

Publicar un comentario