Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.

martes, 23 de agosto de 2016

Ruta: La puente del Puerto por Candeleda (Ávila)

Desafiando al calor extremo de hoy (y no es por exagerar, en la ruta que hemos hecho había cuarenta grados a la sombra), nos hemos dirigido hasta Candeleda, a los pies de la Sierra de Gredos.
 
Íbamos con la idea de disfrutar una vez más de la Naturaleza recorriendo una de sus míticas sendas, la de La Puente del Puerto, que conduce desde el pueblo hasta un espectacular puente a los pies del río. Para llegar hasta allí hay que dirigirse hasta el pueblo de Candeleda y buscar la calle Camino del Puerto, donde hay un convento de monjas Concepcionistas. En esta plaza podremos dejar nuestro vehículo y echarnos a andar. Debéis tener en cuenta si os animáis a hacer la ruta que el primer tramo es de una pendiente bastante pronunciada y lo mejor es ir haciendo pequeños altos en nuestro caminar. Gracias a que había unos pequeños trechos de sombra hemos podido continuar durante bastante tiempo andando, pero no hemos concluido la senda, aunque nos ha faltado bien poquito.
 
Lo ideal es recorrerla en primavera o un día otoñal, o por lo menos un día algo menos caluroso; también seguramente en invierno nieve bastante por el lugar. En cuanto a la fauna y flora observada hemos aprovechado para ver/oír muchas cosas. La estrella del día ha sido una salamandra de la subespecie Salamandra salamandra almanzoris que estaba descansando en La Fuente del Sauce en mitad de la ruta. También hemos podido ver ranas en esta misma fuente, algunos huevos de una puesta e incluso una pequeña víbora que no nos ha dado tiempo a identificar ni a hacerle fotos. De aves cantidad de abejarucos sobrevolaban sobre nuestras cabezas mientras los pico picapinos iban de árbol en árbol. Algunos pinzones, gorriones, urracas, mirlos, reyezuelos, petirrojos y otras tantas aves forestales fueron apareciendo en el sendero. Entre libélulas y otros odonatos también sacamos la cámara por el castañal y el robledal cuajado de retamas, jaras pringosas o enebros.
 
A la vuelta por el mismo camino nos detenemos algo menos porque ya no podemos aguantar tanto calor y tememos que nos dé una pájara antes de llegar al coche. Pero finalmente conseguimos alcanzarlo, y tras bebernos unos refrescos, regresamos a casa.
 
Os dejamos con algunas imágenes de lo que ha dado de sí la jornada. Para verlas en grande solamente tenéis que pulsar sobre ellas. No están colocadas en orden, pero es una buena muestra de todo lo que hemos visto.
 
 
 














































































































































































































































































































































 


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