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lunes, 29 de febrero de 2016

De Geoexcursión por Valencia - II -

Cuando pensamos en Valencia como destino turístico siempre nos vienen imágenes del sol y la playa. Pero Valencia es mucho más, encierra verdaderos tesoros geológicos que muchos no conocen. 

Hacia allí encaminamos nuestros pasos este pasado fin de semana, desafiando a las predicciones meteorológicas y poniendo todo el entusiasmo del mundo. De la mano de nuestro profe y amigo, Pablo Muñoz, y del co-organizador de la excursión, Antonio Álvarez, hemos conocido "agrestes sierras, impresionantes muelas, cascadas, profundos y estrechos cañones y un paisaje espectacular" como menciona Pablo en el guión de la excursión. Además de embelesarnos con su paisaje, nos dedicamos a estudiar organismos marinos del Cretácico y también a buscar Jacintos de Compostela, a observar yesos rojos y aragonitos y a contemplar las pinturas de la Cueva de la Araña y también icnitas de huellas de dinosaurio, en fin, una excursión bastante completa. 

Nosotros partimos para allá el viernes después de comer. Compartimos coche con una compi, Isabel, que nos hizo del viaje un momento muy ameno y agradable charlando de todo un poco. Su ilusión por conocer cómo son las excursiones de Geodidac era contagiosa, pues era la primera vez que se apuntaba a una. Aprovechamos la mañana del sábado, antes de reunirnos con el resto del grupo, para acercarnos a la playa de Gandía, donde nos alojamos. Queríamos buscar algas y otras maravillas naturales y, la verdad que no había algas, pero sí que vimos bastantes conchas de especies diferentes, incluso un huevo de raya.

Llegamos al punto de encuentro con el resto de la gente y todos acudimos con una puntualidad exquisita. El viento resoplaba bastante fresquito, pero la sonrisa de todos los asistentes compensaba el mal tiempo. De allí partimos a buscar los organismos marinos, siendo la estrella del día los conocidos ammonites, aunque no había muchos, pudimos ver otras cosas. Le dedicamos bastante rato a esta tarea y lo mejor fue que no nos llovió ni nevó. Ya tocaba comer y las viandas que nos sirvieron fueron exquisitas, con Pablo siempre se come muy bien. Tras unos entrantes bien ricos y, cómo no, una paella valenciana, y un excelente tiramisú, pusimos rumbo a buscar jacintos de Compostela, una variedad de cuarzo opaca y de color rojo intenso que cristaliza en prismas ditrigonales bipiramidales. 

Esto fue a lo que dedicamos el sábado, después fuimos a cenar, comiendo también de forma estupenda. Pero antes de la cena tuvimos un ratito para pasear por Xátiva, que alberga muchos encantos desconocidos, no en vano cuenta con una historia que se remonta al Paleolítico medio. Paseando por sus calles nos encontramos con una comitiva de falleras y falleros que estaban celebrando un acto para indultar y premiar a los mejores ninots. Nos quedamos embelesados por la belleza de los trajes y lo bonitos que eran los ninots. No nos dio mucho más tiempo para acercarnos al castillo y la colegiata, pero bueno, siempre que se va a un sitio hay que dejarse algo por conocer para volver de nuevo otra vez por allí. 

Tras la cena, ya tocaba descansar, pues al día siguiente teníamos también una jornada intensa. El domingo por la mañana fuimos a ver la Cueva de la Araña, repleta de pinturas rupestres de arte levantino. Son del Epipaleolítico final y comienzos del Neolítico. El día amaneció con más sol y nos permitió ver las imágenes de la cueva a placer. Son unos cuantos abrigos donde se pueden observar figuras humanas, ciervos, escenas de caza y, sorprendentemente, se ven también escenas de recolección de miel, con abejas revoloteando, lo cual supone un verdadero tesoro, no en vano todos los yacimientos están catalogados como dentro del patrimonio mundial de la UNESCO. También pudimos ver unas fascinantes huellas de dinosaurio muy bien conservadas.


Llegar a la Cueva de la Araña nos abrió el apetito, pues el camino era un poco abrupto, así que después nos fuimos a comer otra vez de forma excelente. Y no teníamos tiempo que perder, pues a continuación de la comida nos esperaban unos fantásticos aragonitos, unos cristales ortorrómbicos de carbonato de calcio, un polimorfo de la calcita. Con los aragonitos pusimos el broche final a una sensacional excursión donde compartimos con todos los participantes una afición muy bonita y, sin duda, esperamos repetir y coincidir con ellos/as en breve, la siguiente excursión de Geodidac no nos la perdemos.


Os dejamos ahora con un pequeño popurrí de imágenes. Si queréis verlas en grande solamente tenéis que pulsar sobre ellas. No están colocadas en orden... pero son una buena muestra de lo que dio de sí la excursión.



















































































































































































































































































































































































































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